lunes, 9 de octubre de 2017

Encontrar a Jacobo: un gato andino cautiva a los conservacionistas

 por Elizabeth Devitt en 21 Marzo 2017 | Translated by Natalia Steckel



  • El gato andino está presente en áreas remotas desde el centro de Perú hasta la estepa patagónica. Adaptado perfectamente a medioambientes extremos, este felino pequeño se ve amenazado por la degradación del hábitat y por la caza pero, por sobre todas las cosas, sufre el anonimato: es difícil salvar a un animal al que nadie puede ver.
  • Hay tan pocos ejemplares de estos gatos en peligro de extinción esparcidos por áreas tan extensas que hasta sus defensores nunca han visto a la especie a la que intentan proteger. Pero los esfuerzos de conservación que podrían salvar a este gato también podrían preservar las áreas silvestres donde vive.
  • Cuando se encontró un gato andino macho merodeando por un campo de fútbol, los miembros de Alianza Gato Andino acordaron renunciar a la oportunidad extraordinaria de estudiar al animal en cautiverio y, en su lugar, intentaron devolver a Jacobo a su vida silvestre.
  • Las coordinadoras de Alianza Gato Andino, Rocío Palacios y Lilian Villalba, organizaron la liberación voluntaria multinacional. Las conservacionistas le colocaron a Jacobo un collar con GPS y esperan que, al rastrear su recorrido, puedan descubrir datos nuevos sobre este gato reservado, considerado un símbolo de los Andes.
Cuando un gato andino (Leopardus jacobita) apareció de repente en el medio de un campo sintético de fútbol en Bolivia, el felino silvestre estaba lejos de cualquier sitio que podría haber sido su hogar. Sin saber qué hacer, los locales colocaron al animal en peligro de extinción en una jaula y se lo entregaron a las autoridades.
Aún es un misterio cómo el felino del tamaño de un gato doméstico terminó a una distancia tan grande de sus zonas habituales en lo alto de las montañas de Chile, Argentina, Bolivia y Perú. Sin embargo, esta circunstancia extraordinaria les permitió a los conservacionistas aprender sobre un animal al que se dedicaban a salvar, pero al que muy pocas veces habían visto.
No es sencillo encontrar un gato andino. Solo existen 1378 adultos esparcidos en más de 150 000 km2 (unas 600 000 m2) de tierras altas desde el noreste de Perú hasta la Patagonia, según las primeras cifras de población publicadas el año pasado en el sitio de la lista roja de la UICN. Este único cálculo de población es uno de los mayores logros de Alianza Gato Andino, ya que calcular la cantidad de población de una especie con baja densidad es un desafío enorme, según comentó Rocío Palacios, bióloga y coordinadora de la organización, que tiene equipos de voluntarios dedicados a proteger a este felino silvestre a lo largo de su hábitat.

Si bien los gatos viven en zonas remotas, a unos 3600 m de altura (unos 12 000 pies), su hábitat es rico en depósitos de carbón, petróleo y minerales tales como estaño. plata y oro, por lo que el felino solitario compite cada vez más con la industria minera por su territorio. También se ven amenazados por cazadores locales quienes, en un esfuerzo por proteger al ganado de depredadores más grandes, a menudo matan a los gatos también.
Los gatos silvestres de pelaje grueso también sufren una crisis de identidad: con tan pocos ejemplares que rondan un paisaje tan extenso, la mayoría de las personas no saben cómo son. Si lo llegan a ver, a menudo lo confunden con el gato de las pampas, cuyo hábitat se superpone. Al tener un perfil tan bajo, puede ser difícil conseguir apoyo para su preservación.
“Esto es más que salvar a un gato —sostiene Palacios—. Este animal es un símbolo de los Andes. Cuando hablamos de salvar a un gato, hablamos de salvar todo un paisaje”.

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